martes, 7 de marzo de 2017

La psicología de los trolls de Internet


Los comentarios de los lectores son un tipo importante de contenido generado por el usuario, aunque a menudo se pasa por alto. Algunos lectores son mucho más propensos a publicar y leer comentarios que otros. Trolling, el acto de publicar comentarios perturbadores o irritantes en línea con el fin de provocar a otros lectores, ha sido el foco de mucha atención reciente.
PewDiePie (Felix Kjellberg), el más popular del mundo YouTuber, recientemente decidió prohibir los comentarios en su canal debido a su incapacidad para silenciar a los trolls. Ahora hay temores de que puede perder aficionados o migrar a otra plataforma.
Entonces, ¿por qué los trolls trollean y cómo debemos administrarlos? Aunque la investigación en esta área todavía está en sus inicios, algunos psicólogos online han intentado responder a estas preguntas. Hay tres importantes lecciones aprendidas:

  • En primer lugar, los trolls son más propensos a mostrar características de personalidad nociva, es decir, rasgos que perjudican la capacidad de uno para construir relaciones y funcionar de una manera civilizada o pro-social. En un examen exhaustivo de su perfil psicológico, los trolls eran más maquiavélicos (manipuladores e impulsivos), psicópatas (fríos y antisociales), y especialmente sádicos que la población en general. Los trolls disfrutan perjudicando e intimidando a otros, tanto que los autores de este estudio concluyeron que los trolls son "sádicos cotidianos prototípicos" y que el trolling debe ser considerado como un sadismo en línea. Esto está en concordancia con la visión del trolling como una forma de cyberbullying.
  • En segundo lugar, el trolling, al igual que otras formas de comunicación mediadas por ordenador, desencadena los impulsos de las personas mediante el anonimato y la pérdida de identidad temporal. Este fenómeno es bien conocido por los psicólogos y emerge en varias áreas de relaciones interpersonales, tales como juego y vandalismo. Así, incluso cuando no somos naturalmente sádicos, el trolling puede sacar lo peor de nosotros, levantando las restricciones morales y la etiqueta social que regula nuestro comportamiento en situaciones normales, provocando reacciones abrasivas.
  • En tercer lugar, el trolling es una actividad que mejora el estatus: al atraer la atención de los lectores, molestar a la gente, suscitar debates acalorados e incluso obtener la aprobación de otros, los trolls pueden sentirse importantes, tal vez mucho más de lo que son en su vida real. Así, el trolling es otra actividad en Internet que promueve motivos narcisistas, ya que se puede esperar que los trolls sean mucho menos exitosos en atraer la atención de la gente en el mundo físico. El único antídoto eficaz contra sus tácticas es ignorarlas, pero incluso entonces los trolls no sufrirán humillación pública porque nadie sabe quiénes son. Esto es lo que hace que el trolling sea tan omnipresente, no requiere ninguna habilidad que no sea la capacidad de ser desagradable.
Entonces, ¿cómo se pueden gestionar los trolls? Como han demostrado las revisiones recientes, los sitios, los editores y los autores pueden tomar medidas concretas para minimizar el trolling. Deshabilitar el anonimato, moderar o prohibir los comentarios, así como predecir si es probable que un artículo promueva el trolling, son pasos efectivos. A menudo hay una delgada línea entre el deseo de impulsar el tráfico y la tentación de hacer trolling, por lo que los editores de contenido y los administradores del sitio deben actuar con responsabilidad y tener cuidado con las consecuencias de presionar para demasiada controversia. En cuanto a los lectores, deben intentar desentenderse de los trolls y denunciarlos. Quizás la mayor ventaja de lidiar con las manifestaciones en línea del comportamiento antisocial es que podemos usar la tecnología para enfrentarlas. De hecho, es más fácil detectar, rastrear y gestionar la agresión en línea que fuera de ella.

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